La misiva de confrontar reflejos, de aflijidas hojas
alumbrar el foco, bajo este cielo ilusionista
detrás de cada impulso mágico, una comedia transversal
una llama incandescente, un hombre insaciable, entre notas musicales
sobreviviendo, paso a paso, inexpresivo sin perder la fe, en otra razón que admiro
creyendo en metáforas, que no desisten, ni despintan recuerdos gratos
otro canto, rasgando promesas, disparos al tiempo, golpes del destino
llorar y reír trasnochando, para el tropiezo sin motivos.
El hambre como caricia, el presente un juego que perder
la apariencia es la ruina ,que desequilibra nuestra misericordia
otra calle, otro alba, color malva entre el horizontes, de hipócritas
una nueva ciudad, presa por humos y pocos ánimos en la velada
personas resucitadas ,por el trauma de la verdad, entre lágrimas
sin trabajo completo, plato relleno de mentes indeseable
un sendero sin treguas, un engaño execrable.
Opiniones íntimas, plasmadas en la espalda, entregando dinero como afrodisíaco, añejo
ocultarse en el cosmos ilimitado, otra reencarnación ,sin cielo
un nuevo invento, sin méritos, un hombre tras un precio
otros gremios, sin convenios, el camino, ya me dirá la autenticidad
madurando, intensificando el ritmo del tintero, por golpes de la vida
el factor dolor, crece otro fantasma por la piel de invidentes
irrealidad, sin rostros revelando, bares y lugares
experiencia en otro parque, sin brumas, aplacando al desastre
otro reino, sin tronos, sin clases, ni falsas cumbres, sin horizontes.
Sin nóminas, ni contratos, un mensaje, sin filosofía como ciencia ciega
avanzando entre ratos, pautas y asaltos, relatando la influencia
un mundo de corderos, poco certeros, repleto de penas
un beso, un apretón de manos, de doble cara suicida
olores a perfume, otra piedra con rostros, de tragos amargos
una historia sin insultos, otro adversario, sin seguidores mercenarios
un satanás clavando, dagas en un instinto, condenado....
Álvaro Camacho
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