Este bolígrafo es mi recámara, déjame rellenarla
con sobras al menos y más tinta liquida
sin escrúpulos por metros de terreno
cuanto más seres apáticos, menos aportaciones
para el cerebro
ahora diferenciar lo artístico de asuntos financieros
tan solo un juego sucio
cada interior entre esos villanos como talonarios,
atrapa restos para olvidar resultados complicados
precios caros o presuntos remordimientos
encubiertos en contradictorios nervios irónicos
Tocas dedos mientras dejas sueños por las subastas del dinero
motivos a salvo, trazan destinos si no arrebatas manos
por ayudar a visualizar distintos planos atractivos
viajes cortos con doble fondo y dos trayectos de momento
jugando, poco cambia el acto, esto parece automático
solo hay matemáticos opuestos, analizando fórmulas
para aprovecharse otra ves con pensiones de ancianos
Veneno en el aire, seguir y caer de pie
porque los porcentajes no siempre son estables,
rentabilidades solo buscan nombres en zonas residenciales
estar vivo más que suficiente, aunque es ineludible
no llegar tarde, porque estos contrincantes son inmortales
opciones entre los pulmones todos somos culpables
de no emprender mejores canales, ni hilos conductores
para comprender sus contextos finales...
Álvaro Camacho
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