A veces me pierde
tu forma de querer
fuimos diferentes
sin buscar porqués.
imaginándote tan fuerte
que era imposible
olvidarte.
Cuando estés
triste,
sólo quiero
animarte
aliviándote
cicatrices
una y otra vez.
Pude ver,
cuántas veces
necesité tenerte,
pero la suerte
fue nuestro primer
contrincante.
Nada era
insuperable,
escribimos entre márgenes
mil frases,
sobre tus lunares.
Un viaje
sin rumbo ni direcciones,
suficiente
sus detalles
para sentirme
grande.
Me enseñaste,
que los días grises
pueden esconder,
las mejores oportunidades.
Ojalá pudiese abrazarte
más veces,
pero sé
que algún día la
vida,
nos volverá a unir
para siempre.
Álvaro Camacho