Mirar al sol,
recordándote de
nuevo
en el mismo sitio,
del salón.
Esa inquietud,
sobreviviendo
sobre mi pecho.
Gracias a tus
sueños,
permanezco atento
a que bajes,
para robarme
miedos.
Inspirándome versos,
corriendo riesgos
diferenciando,
los buenos
recuerdos.
Nuestro último
tango,
escribiendo boleros
mientras me
observas,
desde el cielo.
Abuela sólo quiero,
un primer momento
haciéndome hueco,
en tu corazón.
Dispararon a traición,
ahora soy yo
quién a base,
de amor
respira mejor.
Es cierto,
las mentiras
esconden sus precios.
Siempre hablas
conmigo,
el niño ha crecido
respeto lo que
admiro,
llevadme con
vosotros
al paraíso.
Aquí entre tanto silencio,
estoy demasiado
perdido.
Álvaro Camacho