Muchas veces intento soñar
acumular palabras, en el ajedrez
del recuadro, del libro de la
hoja de aquella biblioteca
si vienes o vas, uniéndote
conmigo hasta el final
de la contienda.
cada consejo, un suspiro
enmudecido, olvidado
si la vida  queda detrás.
Perdido entre mares, océanos,
aguantando al despertad
 seguir, sobrevivir,
un golpe, un alma de metal
un barco,  sosobra oleaje
violento, descubriendo
los desecho del cielo 
un juguete roto sin 
 tomar descanso en cada intento. 
Lágrimas sobre mi destino frió,
facturas, cuentas, problemas,
sobre un paro seguro, un
apuro, una jefa que aplaude,
lo que haces, pero critica 
al vagabundo, que 
eleva su disciplina.
Vierten un monstruo, en el vecindario
mundo exclavisado, un cambio
donde el resultado, lo ha notado
el ciudadano, no el mercenario
que sigue tramando con 
millones de voraces.
Estaca por cada palabra 
pienso, callo, listón en cada
meta incompleta ,conseguirla
objetivo interesante, tras el revuelo
 del intento, del motivo, del recuerdo,
 vivir a tientas del testigo que desespera...
Álvaro Camacho Rodríguez

 
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