Después de todo, creí que me tocó la hora y que la muerte con 19 años me llamó al teléfono
era un desastre todo lo dejaba por la mitad del camino sin comprender ,al gentío junto a sus prejuicios que marcan para no guiarte hacia ningún rumbo
a lo lejos, me perdí más de un acontecimiento ,lo siento no fue por mi era esta sensación ruda que me imposibilitó estar en mi sitio
ahora ya comprendo los atrezos con los hilos , fallos, tropiezos del pasado pero ahora pretendo superarme cada día ,incrementado actos más simples en situaciones menos arrogantes
Cuando te vi, subir al tren con papa me di cuenta que esto cada ves más era una cadena imposible de arrancar
pero cuando estás solo a 300 kilómetros, los problemas surgen y aunque hables mediante llamadas nadie ,sabe mejor tu lo que necesitas de algunas personas pero no todas responden, porque para ellos eres un solo bicho raro, solo los verdaderos con ganas de verte salir, son aquellos que siguen cerca dándote paz
Ahora toca ,elegir las bromas que hacían esos enfermos por rencor o las malas experiencias que aportaste ,cuando entre malos panoramas, flotan trozos de remordimientos como el barrio repletos de monólogos
el aire dicen que hinchan los pulmones, pero he necesitado años para encontrar otro mundo distinto
tras varios años intentado encontrar la ruta certera, perdí la cartera y ahora la edad solo son rasgos bancarios
Pensar que puedo .andar pero no representa con otra copa de cristal más bien con siluetas y esas reflexiones para encontrar la lucidez
ejemplo de superación no de dios , mis rezos nadie los respondió por eso de momento creo en algo nuevo para poder ser feliz sin cambiarme de nombre
el dolor contuvo demasiados preludios sin milagros para sanar los nudos matinales...
Álvaro Camacho
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