Cuando te
encuentre
acompáñame,
durante todo
nuestro viaje.
Volveré,
cuánto antes
qué padre seré,
con cicatrices
por todas partes.
Ahora dime,
me quieres
o pretendes
herirme,
una vez más.
Es tarde,
para borrar
tantos errores.
Fui, soy y seré
el único,
descubriéndote
detalles cada
noche.
El aire,
no se puede querer
sin tus frases
inolvidables.
Sabes que nadie,
era contrincante
para nuestros
planes.
Quiero tocarte,
sin imposibles
ni para siempre.
Álvaro Camacho
¡Cuánta belleza en tus palabras! La melancolía inunda este relato tan valiente. Buen trabajo.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas gracias César un abrazo.
EliminarTriunfa el uno sobre el otro. A cual mejor. Melancolico y sereno. Haces un buen trabajo, aunque las cosas cuando se hacen con amor, no son trabajo ¿verdad Alvaro?
ResponderEliminarSolo se trata de dejar salir esos sentimientos presos por mil motivos, concederles al menos un par de segundos. Muchas gracias Laura, besos.
EliminarLeer tus palabras es sentir tus emociones Alvaro. Precioso :D
ResponderEliminarMuchas gracias Margarita es un placer, besos.
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