Jamás logro
olvidar,
tú sonrisa ni esa
mirada.
Quise caminar,
para encontrar
magia,
pero las dudas
eran su prioridad.
Ahora que te vas
recuerda,
abandonaste para
no regresar más.
Todavía,
miro fotografías
abriendo heridas,
sumando pesadillas
sin ella,
cada noche es fría.
Mi alma
quiere tenerte
cerca,
el corazón
detesta despedidas.
Aunque duela,
prefiero soledad
a vivir mentiras.
Quisimos sin amar,
hasta el final
vuela,
descubriendo que
las vidas ajenas
aportan fuerzas,
no problemas.
Álvaro Camacho
Dejar ir Alvaro, aprender a dejar ir. Es bueno para uno y aunque resulte duro nos deja una puerta abierta a la esperanza. Sin dejar ir siempre estaremos en el mismo lugar. Escribes muy bonito... precioso.
ResponderEliminarMuchas gracias Laura un placer leer tu consejos, besos
Eliminarla paz interior es algo que no puede ser alterado ni por el mas grande amor...muy bueno...
ResponderEliminarMuchas gracias Marcela, saludos
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