JARDÍN DE LAS DELICIAS

Si olvidas sonrisas vividas, el planeta vuelve a dar mil vueltas

deseo despertar al alba y volver a soñar,

me imaginaba sobre su ombligo, nada más

en ocasiones la lluvia nos hacía volar

quedándonos para fundir, en una nuestras caricias.

Aún soy incapaz de abandonar las lágrimas,

eras mi poema, yo quien escribía cada beso inmortal

cuando la vi dejé, a vergüenza olvidada.

Fuiste agua pura, delicada y cristalina

flor única protegiendo al jardín de las delicias,

una mujer transformada, en poesías.

Dónde te encuentres esta noche, gracias por cuidarme

sus ojos almíbar, su boca vitamina y piel color miel

un amor que marca para siempre, sin querer.

Álvaro Camacho

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